Cuando se dirige una empresa y toca delegar, hay muchos que no saben hacerlo, entre otras cosas, porque ponen por delante los sentimientos y eso, es un error. Si se delega y se toman decisiones, debes acatarlas y no echar posteriormente broncas a quien aplique tus normas, pero lo hace sobre alguien que te cae bien y no deberían ponerle pegas.
Incluso, a la hora de delegar, si en quien delegas, no te inspira mucha confianza, le presionas demasiado y harás que cometa errores y que no se implique como debe, porque nota esa desconfianza. En el otro extremo está el delegar en alguien a quien tienes aprecio, al final, le das tanto margen de maniobra, que cuando comete un error, no eres capaz de verlo a tiempo.
Por eso, dirigir no es nada fácil y hay pocas personas que sepan hacerlo, ya que tienes que dejar de lado tus sentimientos, tomas las decisiones que sean mejor para lo que sea que dirijas y llevarlas a cabo, independientemente de que las personas afectadas sean o no, de tu agrado. Y por otro lado, si ves que alguien puede llevar algo bien, aunque no te agrade, debes dejarle hacer, ponerle objetivos y verificar que los cumple, pero nunca implicarte por tus afinidades personales, porque fracasarás.
En definitiva, tienes que hacer lo que dice el título de la entrada, delegar en EMPLEADOS según sus capacidades, no en amigos o enemigos y así, todo iré mejor.
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