Cuando se hace un plan de estudios, la historia, eso que algunos hemos odiado, es muy necesaria. De hecho, aquellos que la hemos odiado, porque había que aprenderse cosas, que no le veíamos una aplicación a la vida real, nos aportó, al menos, conocimiento de cosas pasadas y qué está bien y qué mal, para no repetir lo malo.
El problema viene cuando la historia, la traes al presente, entonces, el pasado, no pasa y estamos como estamos. Que sea portada en prensa Francisco Franco, en España, es algo que no se puede entender. En lugar de dejar a un dictador, una historia pasada y que todos deberíamos conocer para no volver a repetirla, en los libros, lo sacamos a pasear, de manera que los odios pasados, se convierten en odios presentes, en enfrentamientos entre personas, que no se habrían enfrentado si el dictador no saliese de los libros.
Pero políticamente es rentable, para un lado y otro que se hable del pasado, de lo malos que fueron unos y lo buenos que fueron otros (obviamente según quien hable, los malos serán los otros y los buenos los suyos). Es entonces cuando la historia, deja de ser historia, para ser actualidad, para hablar del testamento de un dictador, para hacer real, algo que pasó y que jamás debemos repetir.
Mucho nos tememos que, de seguir en ésta línea, nos veremos abocados a repetir la historia, algo que sería terrible, pero que puede pasar, cuando desde la política, en lugar de hacer cosas para las personas, se encargan de rescatar odios pasados.
Eso sí, está en nuestra mano pasar de ellos, no seguir a los políticos como borregos, pensar por nosotros mismos y buscar, en la historia, los errores cometidos, para no volver a caer en ellos.
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