La frase hecha que da título a ésta entrada, expresa muy bien lo que queremos contar. Y es que, en las empresas (y casi en cualquier entorno), cuando todo está rodado, es monótono y funciona más o menos, basta cambiar a una sola persona (con cierto grado de responsabilidad), para que las cosas cambien, para bien o para mal, pero cambien.
Y decimos que la frase lo expresa bien, porque con el cambio de una persona, todo se revoluciona. Los que trabajan, porque les cambian los métodos de trabajo, los que no trabajan porque les aterra que les puedan descubrir y entonces, estás unos días (o semanas), de adaptación para conseguir que vuelva la calma y se vuelva a coger velocidad de crucero, perdiendo por el camino bastantes cosas, entre ellas, casi siempre, alguna persona del equipo, que no encaja con la nueva llegada...al corral.
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