Aunque a todos nos cueste, el estudio forma parte de nuestra vida, todos y cada uno de los días que vivimos. Y es que, por mucho que queramos no hacerlo y pensemos que una vez acabamos los estudios y accedemos al mercado laboral, eso de estudiar se acaba, enseguida nos damos cuenta que no es así. Eso sí, no es exactamente igual, porque estudias lo que necesitas y sin una evaluación expresa, por lo que los nervios y demás no son exactamente iguales.
Ahora bien, lo que sí cambia es tu exposición de lo estudiado. Casi siempre, en los trabajos, estés en el puesto que estés, aunque no te hagan exámenes, sí tienes una evaluación continua, que es que tu trabajo funcione, que tus exposiciones se entiendan y sobre todo, que, hagas lo que hagas, lo hagas con seguridad. Y es que, la seguridad al hablar es muy importante, ya que se nota mucho, si no has estudiado, esa falta de seguridad, por lo que aquello que cuentas, tus interlocutores lo van a notar y son los que te van a evaluar.
Así que, como decimos, estudia, ten claro lo que tienes que hacer y decir y hazlo y dilo, de manera que al final, siempre te den, cuando menos un aprobado.
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