En tecnología (y muchas veces en la vida en general), cuando algo se estropea, solemos ir a buscar el error en aquello que se ha estropeado. Pero hay veces que, hacer eso, nos lleva a cometer más errores, causados por no encontrar la raíz del problema.
En muchas ocasiones (un gran porcentaje de hecho), los problemas tienen su origen, lejos del sitio donde se han detectado. Por ejemplo, un fallo de conexión wifi en un ordenador, nos volvemos locos mirando configuraciones del equipo, del router,...y al final, muchas veces es el driver de la tarjeta wifi, que nada tiene que ver con la configuración de la red.
Por eso, cuando tengáis un problema, mirar todo en global, para hacer un buen análisis del problema, de manera que la solución que vayas a implantar, sea realmente la solución al problema y no una aproximación al mismo, dando palos de ciego.
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