Ayer vimos que Whitney Houston ha empezado una gira, en modo holograma, claro, ya que falleció en 2012. Ya lo hicieron con Michael Jackson y no funcionó muy bien. Pero claro, es que, por mucho que lo vendan como un concierto, realmente no se vive igual.
Lo que nos sorprende es la reacción de quien va a verlo. Alucinamos cuando dicen, es que no interactúa con el público. Y claro, no sabemos si es porque está tan bien hecho, que parece que están vivos y pierden la perspectiva de que lo que están viendo es un "vídeo", sin más, o bien porque no saben a lo que van.
Desde luego la tecnología hace cosas maravillosas y tenemos que disfrutar de ella, pero siempre teniendo claro lo que vamos a ver y en el caso de los conciertos con hologramas, vamos a ver un concierto grabado, donde hay personas de verdad (que sí podrían interactuar) y el artista fallecido, que está proyectado con un holograma, pero ni siente ni padece.
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