Se obliga a no salir a la calle, salvo para algunos casos. Esto es algo de lo que hablaremos varias veces, porque no hablamos de otra cosa permanentemente. Y que no se hable de otra cosa, hace que, el que salga a la calle, para lo que sea, aunque sea justificado, se sienta como un delincuente y eso, quizá, lo que nos esté llevando es a tener "miedo al aire que respiramos".
Cuando los datos informan que se ha reducido la contaminación, que es el mejor aire que se puede respirar, la sensación, al salir a la calle es de auténtico pavor y quizá sea por este clima que nos están creando entre todos.
Por nuestra parte estamos deseando que esto acabe, pero somos conscientes que no es fácil, que las cosas no son como nos las están contando y que cuanto más caso hacemos a los medios, más pavor no da todo.
Y pensando, mientras escribimos estas líneas, quien sabe si este pavor (este "miedo al aire que respiramos"), no podrá convertirse, cuando todo acabe (porque acabará), en una dolencia psiquiátrica, teniendo un brote generalizado de agorafobia. Esperemos que no sea así, porque sería algo casi más preocupante, que el maldito virus que nos está volviendo locos.
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