En estos días en los que nos expresamos más a menudo por escrito que en vivo y en directo, hay que tener mucho cuidado con cómo se dicen las cosas, y es que por escrito, se pierden todas las connotaciones de las conversaciones.
Si a esto le unimos que cada vez escribimos menos, que vivimos en el mundo de lo inmediato, que lo que importa es hablar, no explicar y que al lenguaje cada día se le da menos importancia, pues tenemos lo que tenemos, que se montan broncas en los chats de familia y amigos, que se es menos tolerante, que los periodistas hablan, como el gobierno, de desescalada cuando de lo que hay que hablar es de desconfinamiento y así un montón de errores que hacen que lo que podría se sencillo, se complique, porque no comunicamos bien.
Así que deberíamos tomarnos más en serio lo de escribir y explicarnos mejor y hacer por entender al que tenemos enfrente, para poder comunicarnos, algo que, en este mundo tan comunicado, parece que no se está haciendo.
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