Cuando estás teletrabajando, no te das cuenta, pero haces mucho más de lo que hacías cuando estabas en la oficina.
Y no sólo por lo que haces, que es más y en muchos casos, más horas, si no por lo que dejas de hacer, como esos cafés a media mañana, el cigarro en la calle y no sólo los fumadores, si no alguno que acompañaba por sistema al fumador,... en definitiva, la inevitable relación humana de las oficinas, que hacía, que, ir al baño y encontrarse con alguien a la ida o la vuelta, fuesen 10' de charla, que en teletrabajo es el tiempo justo de ir y volver.
Es cierto que para que esto sea así, debes tener la casa un poco adaptada al teletrabajo, tener una habitación como tu oficina, donde nadie moleste, de modo que, además, ayude a que cuando acabes de trabajar, realmente desconectes al cambiar de espacio.
Si tienes una casa con bastante familia, en la que no puedas tener un espacio para ello, la cosa se complica bastante y entonces, sí que puedes bajar mucho la productividad, al estar a varias cosas al tiempo.
Por eso, en muchos casos, el teletrabajo lleva a muchas personas a pensarse lo de vivir algo más lejos de las ciudades, en casas más grandes, de manera que tengan esas posibilidades y además, en caso de un nuevo confinamiento, que puedan estar algo más a gusto.
Sea como sea, en general, el teletrabajo, sólo por el hecho de tener el puesto de trabajo en casa, es más efectivo, ya que, en caso de urgencia, siempre puedes tener a alguien disponible, porque, aún estando en pijama, con encender el ordenador, podría hacer cosas, que en trabajo presencial, nunca haría.
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