La sociedad actual es bastante reacia, por lo general, al cambio. Hemos pasado de ser nómadas y buscarnos la vida a ser sedentarios y cada vez más. De hecho tenemos tanto vértigo a los cambios, que todo se nos hace un mundo, otro trabajo, otra casa, otra pareja... y muchas veces nos conformamos con lo que tenemos, precisamente por ese miedo a salir de nuestra zona de confort.
Y sin embargo, deberíamos ser mucho más abiertos y cambiar de aires con más facilidad, ya que casi siempre los cambios nos dan experiencia, conocimientos y una nueva perspectiva ante la vida, que el sedentarismo no da.
Así que si estáis en vuestra zona de confort y tenéis una oportunidad, lanzaros, es muy probable que las cosas salgan bien y disfrutéis del cambio. Y si sale mal, tampoco os preocupéis, seguro que saldrá otra cosa, para la que, esa última experiencia os servirá de ayuda.
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