Por eso, enfadarse como un niño pequeño, no contestar, mirar a la otra persona con cara desafiante, para que se de cuenta de que hizo algo que te molestó, suele servir de poco, ya que no tiene conciencia de haber hecho nada.
De hecho, en muchas ocasiones, el que se enfada, puede que la otra persona tuviese el mismo motivo para hacerlo. Por ejemplo, en esta pandemia, muchas personas igual les ha sentado mal que otras no les llamen a ver qué tal andaban, pero claro, ¿llamaron antes para hacer lo propio? Ha sido una época muy complicada, donde cada uno bastante tenía con mantener a flote a su familia, como para andar preocupándose también del resto de personas con las que tiene trato.
Por eso, enfadarse por tonterías y más sin hablarlo con las personas que nos ofenden es, como decimos de críos y no debe hacerse. Así que reconcíliate con ellos, que normalmente no tendrás que hacer nada, simplemente volver a hablar y dejar de mirar con cara desafiante y disfruta de la vida y de la amistad, que es lo mejor que hay, dejando los rencores para otros, que esos dañan más que ayudan.
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