Para los que viven en ciudades es algo que han visto poco, pero los que hemos disfrutado de niños en un pueblo, sabemos lo agradable que es pasar la tarde sentados alrededor de la chimenea, al calor de un bien fuego.
Sin embargo, es bastante complicado, tanto encenderlo, como luego mantener ese fuego "vivo". En seguida los troncos van generando brasas y dejan de estar encendidos, perdiendo algo de magia ese maravilloso fuego.
Lo más importante, como no puede ser de otra manera, es que la leña sea buena y esté seca. Por eso, si veis que vuestro fuego no funciona como esperáis, igual tenéis que cambiar de proveedor, ya que si la leña no está muy seca (y eso lleva tiempo), no arderé bien. Además de que esté seca (en cuanto al verdor del árbol se refiere), tiene que estar seca de humedad, una leña mojada, no arderá bien tampoco.
Así que todo lo que tiene de mágico, lo tiene de esfuerzo y buenas materias primas, que luego harán que disfrutes de un maravilloso fuego.
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