Mira que son necesarios y que realmente ayudan a que estemos mejor, pero la mayoría de las veces, según cómo salgas de la consulta, te piensas si merece tanto la pena ir.
Y es que, rara es la vez que vas a un fisioterapeuta y sales como si no hubieses estado. Pero claro, hay que entender que está "modificando" la posición de partes de tu cuerpo, que no están como deben y eso, nos guste o no, duele.
Y por otro lado, los días posteriores, sabes que estarás un tanto hecho polvo, hasta que tu cuerpo asuma como buenos los cambios y finalmente, estarás de nuevo al 100% para seguir dándolo todo.
De ahí que siempre que tenemos alguna dolencia, nos decidamos a pasarnos por la consulta, aguantar el dolor lo más estoicamente posible y finalmente esperar que ese sufrimiento, acabe con el problema con el que entramos en la consulta.
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