No nos cansaremos de repetirlo las veces que haga falta. Cuando recibamos un producto, lo mejor que se puede hacer es leer las instrucciones antes de utilizarlo. Tan sólo con ese gesto, evitarás tener problemas en el futuro con aquello que hayas comprado, ya que, de no hacerlo, probablemente hagas un mal uso del mismo.
Además, en las instrucciones no sólo está explicado cómo funciona aquello que compraste, además, está explicado cómo limpiarlo, qué cuidados tienes que tener para que dure más tiempo,... en definitiva, todo lo que tienes que hacer, si quieres que eso que te has comprado, esté como nuevo durante el mayor tiempo posible.
Y la verdad es que poca gente hace caso de las instrucciones, incluso, a la hora de montar muebles, donde nuestra intuición manda más que las instrucciones y muchas veces nos toca recurrir a ellas, cuando ya es demasiado tarde y toca desmontar parte de lo montado, porque nuestra intuición, no era lo que había que hacer.
También es cierto que hay instrucciones, que vienen traducidas de aquella manera y tocará tirar de intuición, pero ya con una base (aunque sea por lo dibujos), que nos permitirá acertar más, cómo hacer las cosas, que tan sólo con la intuición.
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