Tomar una decisión

En septiembre hablamos de las personas que son responsables de algo y de cómo, esa responsabilidad, en muchas ocasiones, sólo traía problemas. Pues bien, hoy queremos hablar de algo relacionado, aunque no exactamente igual y es la toma de decisiones en un proyecto.

Hay una cultura en las empresas, que es lo que está relacionado con la entrada anterior, que es la búsqueda de un responsable al que cargar con un error y eso, es algo que se palpa en el ambiente y es la razón que comentábamos en la otra entrada, de la hartura de algunas personas. Pero claro, ese responsable que carga con el error, buscará en su personal el responsable del mismo y aplicará lo mismo que han aplicado con él, pero con mayor fuerza, para que se haga ver quien es el que manda. Al final, casi siempre (en caso de errores graves), acaba con un despido y con eso, ya tienen solventado el problema, que era causado por la persona que han echado a la calle.

Pues bien, esa no es la solución. Casi siempre, aunque eches a una persona a la calle, el problema sigue, porque que una persona se equivoque, es algo normal, todos somos personas y cometemos fallos. El problema es que el fallo de esa persona, llegue al usuario final y eso, no es responsabilidad de quien hemos despedido, por lo tanto, como decimos, el problema no se soluciona.

Así que, siempre que haya problemas, no busquéis responsables del mismo, buscar qué ha pasado y qué tenemos que cambiar para que no vuelva a suceder. Y para responder a eso, lo primero que tiene que pasar es que todos puedan hablar libremente, de manera que se sepa lo ocurrido, con la seguridad de que nadie acabará en la calle, porque ha fallado la cadena, no una persona. Y así, cuando alguien tenga que tomar una decisión, hará lo que crea que es mejor, sin titubear, porque sabe que todo funciona bien y si no es así, no será culpable y se mejorará la forma de trabajar, arreglando el fallo que pudiera surgir, en base a su decisión.