Una de las cosas que más hacen las empresas, con sus clientes y proveedores es tensar la relación, con el objetivo de obtener más beneficios de unos y pagar menos a otros. Pero ese tensado de la relación, debe hacerse con cabeza, ya que de tirar demasiado, puede ocurrir que la cuerda se parta y nos quedemos sentados en el suelo, esto es, estar fuera del negocio.
Entendemos que haya que intentar obtener más rédito de lo que ofrecemos y que tenemos por tanto, intentar sacar más barato aquello que necesitemos para hacer nuestros productos, pero lo que no podemos es abusar, ni de aquellos a lo que compramos los recursos (o los empleados que tengamos), ni abusar en exceso de los clientes, porque al final, puedes perderlos.
Así que sí, tenemos que intentarlo todo, pero, como decimos siempre, sin ningún tipo de egoísmo, ya que al final, la avaricia rompe el saco y eso, siempre irá en nuestra contra.
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