Ahora que los días van siendo un poco más largos, es sorprendente lo que nos afecta. Cuando se va el sol, las ganas de trabajar se van con él (aunque no es que se tengan muchas, habitualmente) y claro, si se hace más tarde de noche, aguantas más rato trabajando. Así que tiene sus pros y contras. A favor, claramente es que puedes hacer muchas más cosas, con luz del día y en contra, que no te desactivas, para dejar el trabajo, cuando te toca, porque ves que todavía hay luz.
Y es que la luz solar, desde siempre, es la que nos maneja, nos despertamos con ella y cuando se va, entran ganas de "apagarse" e irnos a dormir, hasta el día siguiente. De hecho, la frase "de sol a sol", es precisamente por eso, porque se solía trabajar desde el amanecer, hasta el atardecer. Y eso, que se ha hecho así siempre, es lo que nos pasa ahora, que cuando la tarde se alarga, el trabajo lo hace con ella.
Y soluciones hay pocas, salvo tener claro que el trabajo tiene un horario y por muy buen día que haga y que anochezca más tarde, cuando llega la hora de salir de trabajar, tenemos que hacerlo. Con el teletrabajo, al estar en casa, se complica un poco más, pero tenemos que hacerlo igualmente.
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