Una de las cosas que más nos desesperan son los niveles de servicio. La idea, como decíamos el otro día, no es mala, montar niveles de servicio, de manera que las cosas se resuelvan en los niveles superiores y sólo lleguen a desarrollo, los problemas reales. Pero claro, la aplicación de los mismos, como veíamos ayer, sí lo es.
Y es que, ocurre mucho más habitualmente de lo deseable, que algo que cae en un nivel de servicio cercano al cliente, va pasando por los distintos niveles sin apenas tocarse, hasta llegar a desarrollo, cuando, en muchos casos, son temas que se tenían que haber quedado mucho antes, porque son problemas de manejo de aplicación, de datos de producción,... pero acaban en desarrollo, haciendo que, lo que pretendían agilizar, lo bloqueen más.
Y ese bloqueo sucede, porque con el invento de los niveles, desarrollo lo dejaron con menos personas, porque mucho trabajo se quitaría por encima y como no se quita, ocurre que están más saturados que antes. Vamos, que montaron la pirámide invertida que ilustra la entrada, teniendo que resolver desarrollo, todo lo que tiene por encima.
Y como decimos, la idea es buena, pero en esos niveles, debes tener a personas que sepan del negocio que están vigilando (pero claro, eso supone invertir en formación), de manera que puedan defenderlo y a desarrollo llegue, efectivamente, lo que no se puede resolver sin tocar código.
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