¿No os pasa muchas veces que no queréis volver al trabajo? A muchos nos pasa demasiado a menudo, las prisas, las presiones, ver que las cosas no salen como debe, que quien hace las cosas, no se lo toma en serio,... y te das cuenta que estás trabajando como una bestia, para que al final, un buen día, si se le cruzan los cables a alguien, estés en la calle, sin pena ni gloria.
Esos días, que no ves nada claro el futuro del proyecto, de la empresa,... tu futuro en definitiva, te da por pensar en que lo mejor es coger un macuto largarte para no volver, viviendo de verdad del aire, de lo que la naturaleza nos ofrece, en plan ermitaño, pero claro, luego te das cuenta, que no es así de fácil, que vives en una sociedad en la que todo está montado alrededor del dinero y sin él, poco puedes hacer.
Así que decides quedarte, enfadarte y seguir sin disfrutar de un trabajo que, pudiendo ser maravilloso, el entorno que te rodea, hace que sea un auténtico infierno y eso, es difícil de solucionar.
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