Y es que, cuando se está a dieta, todo tipo de celebración, lleva asociado saltarse la dieta y con ello, momentáneamente, dar un paso atrás en el objetivo de peso que te marcas.
Así que por eso, entre el verano, que ya de por sí se hacen excesos, los reencuentros, que con esto del maldito virus, están a la orden del día y los cumpleaños, estar a dieta es una tortura mayor.
Eso sí no se debe dejar, porque, por poco que hagamos, lo que engordemos, será más fácil perderlo que si nos dejamos llevar a números que hace tiempo que quedaron atrás.
Eso sí, cuando lleguen, disfrutar todo como si fuese lo último, porque ¡qué mas da! un día es un día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.