Muchas veces, cuando una pieza se rompe, la solución es cambiar la pieza, para que lo que esté roto, vuelva a funcionar. Pero en otras ocasiones, la pieza se ha roto, porque hay algo que no funciona como debe y fuerzas esa pieza rota, por lo que, cambiarla, llevará a que se rompa de nuevo, por eso, como decimos en el título, debemos reparar primero la avería, para luego cambiar la pieza.
Y eso suele pasar casi siempre. Es como cuando vas a un buen fisio y primero te escucha todo lo que tienes que contarle, para luego llegar él a la conclusión de la razón por la que has llegado a tener ese dolor y en la mayoría de las ocasiones te trata una zona que está alejada del dolor, pero que es el origen del mismo, por lo que, su reparación, hace que el dolor desaparezca.
El otro nos pasó con un grifo que goteaba y al girar la llave, veíamos que estaba pasada de rosca. La primera idea que se te ocurre es comprar una nueva llave, que se pasaría si no caes en que lo que está mal es el mecanismo de cierre del agua, que hace que fuerces la llave, hasta pasarla de rosca.
Así que, como en casi todo, pensar antes de cambiar las cosas, porque quizá antes, tengáis que reparar algo, para luego cambiar la pieza rota.
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