En muchas empresas se piensan que presionando a las personas, recortando los tiempos y obligando a hacer las cosas, sin un plan concreto y queriendo todo y nada al tiempo, es la mejor manera de conseguir que los proyectos salgan adelante, pero se equivocan.
La mejor manera de conseguir que las cosas salgan adelante, es organizando los proyectos. Pero, como siempre decimos, una organización flexible, que permita adaptar las cosas. Además, sobre todo en informática, es imprescindible hacerlo así, ya que no es una ciencia exacta. La programación sí lo es, pero trasladar las ideas a programas, no es tan sencillo, sobre todo cuando, en la mayoría de los casos, la forma de hacer las cosas, no es nada clara, porque en muchos casos, lo que se quiere, pasa por muchas manos hasta el programador, perdiendo muchas cosas por el camino.
Por eso, siempre decimos que quien define los requisitos, debe estar muy cerca de quien necesita lo que sea que se quiera hacer. Pero claro, tal y como está montado todo ahora, en muchas ocasiones quien tiene la necesidad se lo pasa a una empresa, que a su vez interpreta esa petición y se lo pasa a su proveedor, que vuelve a interpretar, lo que hace que el efecto "teléfono escacharrado" haga de las suyas.
Así que, si no queréis generar un bloqueo mental en quien desarrolla software, definir bien las cosas desde un principio y flexibilizar las cosas, de manera que se llegue a consensos, que permitan desarrollar con cierta soltura las funcionalidades necesarias.
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