Cuando se recibe información, cada persona la procesa y entiende a su manera, por eso, si alguien te cuenta algo y no ha sido el protagonista, no lo tomes como real. De hecho, incluso siendo protagonista, según las circunstancias, puede ser igual de irreal.
Y es que, al igual que oír no es lo mismo que escuchar, recibir información, no es lo mismo que asimilarla. Por lo que, el estado anímico de cada persona, cuando está recibiendo información, hace mucho, para ver si puede o no asimilar la información que recibe.
Por eso, cuando varias personas están en una charla, al salir de la misma, comentar, lo que se ha hablado en ella, es bueno, ya que se ponen en común los diferentes aspectos de la misma y es probable que algunas personas cambien la percepción que han tenido de la misma, acercándose más a lo que querían transmitirles.
Por lo tanto, cuando recibáis información, no la deis por buena o perfecta y mucho menos, en base a vuestras conclusiones, busquéis en Internet información, ya que la búsqueda irá en reforzar vuestra idea y no en entender lo que os han dicho. Ante las dudas, lo mejor es acudir al interlocutor, para que os aclare lo que os quería transmitir.
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