Muchos hace años que decidimos que no queríamos tratar con las personas y nos decantamos por los servicios digitales. Y ahora, quizá nos arrepentimos, ya que ese gran avance de los servicios digitales, está haciendo que nuestros mayores estén cada vez más desatendidos y se estén perdiendo esos servicios atendidos por personas. Además, se están acabando muchos empleos, de esas atenciones al cliente, que no tienen interés en prestar.
Y es algo que no entendemos, ya que la atención personal al cliente es algo que debe mantenerse. Entendemos que se deban ajustar las personas que lo den, a la demanda existente, por lo que, donde antes había tres personas dando servicio, quizá deba estar sólo una y las oficinas de atención al público, también deban reducirse, pero nunca, en ningún caso desaparecer.
Pero es algo que pasa y que además nos da mucha rabia, porque el prescindir de personas, recorta los gastos y en lugar de que esos gastos, den más ventajas a los clientes, resulta que nos cobran más. Así que quizá, se debería legislar de alguna manera que las empresas, deben dar servicios a los clientes y no pensar sólo en cobrar, sin ofrecer servicios de calidad.
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