Lo peor de ser un mando intermedio

Siempre hemos dicho que los directivos en España, no son tan buenos como debieran, entre otras cosas, porque no siempre asciende el mejor, si no, el más manejable.

Y es que, un mando intermedio, al final, es aquel que da la cara a las personas que tiene a su cargo, pero, por lo general, no tiene poder de decisión para casi nada, por lo que sale siempre a que le partan la cara.

Y es una pena, porque si te dan una dirección, lo menos que pueden hacer es dejarte tomar decisiones y de hecho, pueden ponerte límites, pero dentro de esos límites, organizarte como quieras.

Una de las cosas que siempre recordamos, es el tema de las evaluaciones, si todas las personas que están a tu cargo son buenas, ¿por qué no puedes poner a todas destacadas en las evaluaciones? Lo que se debe hacer, si es algo económico lo que da una mejor o peor evaluación, es dar al responsable el total de lo que le corresponde y que sea esa persona, la que lo reparta entre sus coordinados.

Pero no, al final un mando intermedio es una marioneta, en manos de los mandos superiores, que suelen ser marionetas de otros y así, hasta arriba y claro, así nos va.