¡Vaya día el de ayer! Esa calima que trajo polvo del Sáhara, nos tuvo todo el día con la cabeza un tanto dispersa y es que, el tener una luz distinta, la sensación de agobio por el ambiente polvoriento, etc... hace que no sea sencillo concentrarse.
Decían que hacía tiempo que no ocurría un suceso así y nosotros, haciendo memoria sí recordábamos lluvias de barro, pero ver pasar un coche por una calle de Madrid, levantando polvo, como si estuviese circulando por un camino de tierra (vale, quizá hemos exagerado un poco), no recordamos haberlo visto nunca.
Y la verdad es que es raro, por lo que estuvimos leyendo, ya que tienen que darse unas condiciones de clima, que permitan que el polvo del desierto se levante a capas altas y "vuele" hasta la península, algo que, aunque en las Islas Canarias están más acostumbrados, en Madrid, se hace bastante raro.
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