Cuando ponen una película antigua en la televisión, notas que los colores no son los mismos, que los efectos especiales son malos, que no se ve nítida, en definitiva, que la calidad ha mejorado mucho y cualquier móvil de hoy en día da mil vueltas a muchas cámaras de antes.
Pero si ya te vas a aquellas películas que nos hacían cuando éramos pequeños, en Super8, Beta o VHS, que las recordamos como perfectas y las pones ahora y se ven fatal, de hecho, ni te reconoces.
Y es que, se ha avanzado un montón en el tema del vídeo, donde la calidad es excepcional, tanto en las emisiones de televisión, como las grabaciones (con un móvil son buenas, pero con las cámaras de ahora, son de impresión).
Todo evoluciona, pero aún siendo de mala calidad, recordar cosas de antes, con esos defectos de las ediciones de la época, es de lo más divertido.
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