Votamos y nos quedamos tan contentos

Cuando ejercemos nuestro derecho al voto, lo hacemos y con eso, nos pensamos que ya tenemos todo el derecho del mundo a pensar que el gobierno es como nuestros padres y nos tiene que dar placer a raudales, porque sí.

Pues bien, tenemos que deciros algo importante, el gobierno no son nuestros padres. Queremos que baje impuestos, que ayude a las empresas, que haga de todo, sin darnos cuenta que los que pagamos somos nosotros.

Como ya sabéis, por muchas otras entradas, hace tiempo que hemos dejado de creer en los políticos y que votamos en blanco muchas veces. Y lo hacemos, porque todos nos defraudan de la misma forma, cuando gobierna dicen una cosa y en la oposición otra y siempre, suelen ser parecidas.

Ahora bien, los problemas de raíz, como es la tremenda cantidad de políticos y funcionarios que tenemos para lo relativamente pequeños que somos, a esos problemas, no les mete mano nadie. Y eso, es lo primero que hay que hacer, de manera que los presupuestos se reducen, probablemente las ayudas que se puedan dar a empresas pueden incrementarse y finalmente, esas empresas, darán trabajo a quien lo necesita.

Pero no, se siguen cediendo responsabilidades centrales a otros órganos, se siguen creando ministerios absurdos dotándolos de personas y medios,... en definitiva, sigue creciendo el gasto no productivo, para seguir perdiendo tejido empresarial y al final, si las empresas, que son las que dan riqueza a un país, no están, con los políticos y los funcionarios, os aseguramos que el país no crece.

Así que nuestro voto lo tendrá, el que tenga como puntos de su programa electoral los siguientes:

• Modificación de la ley electoral para que cada persona sea un voto.
• Eliminación de las autonomías y diputaciones (con todos los políticos y funcionarios asociados, claro).
• Eliminación de la Monarquía.
• Reducción del parlamento de 350 diputados a un representante por partido político electo, cuya votación tendrá el peso de su representación como partido.
• Disolución de las cortes (y del partido), para arrancar una nueva democracia.

Sí, es una utopía, pero sería la única manera de arrancar de nuevo y quizá de mejorar mucho como país.