Este fin de semana vimos la película "Pánico en el Concorde", que narra la historia de un candidato a la presidencia de Estados Unidos, que descubre que una guerra, está provocada por el propio vicepresidente, para relanzar la economía.
Según veíamos la película, nos hizo plantearnos de nuevo que quizá aquello que se plantea, en una película de hace 22 años, no sea tan descabellado. Normalmente las películas, por mucha ficción que sean, tratan problemas reales, dándoles visibilidad.
Y es que, el negocio que lleva asociado las guerras es enorme. Se venden muchas armas y si no hubiera guerras, no habría tal negocio. Además, casi siempre, los que fabrican las armas, son países ricos, que pueden dedicar una gran parte a ese negocio, ya que los pequeños, bastante tienen con subsistir.
Por eso, ¿tan descabellado es pensar que muchas guerras están organizadas? Es más, en muchas, seguro que el quien las organiza, es quien vende las armas a los dos bandos, algo tremendamente injusto. Pero, como siempre decimos, en este mundo que hemos creado, donde la economía manda sobre el resto, no nos extrañaría que, muchas personas sin escrúpulos, hiciesen negocio con ese tipo de barbaridades.
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