Grabar, que es algo que ahora se hace mucho, ya que un móvil, hoy en día, es mejor que muchas cámaras de 1980, no nos damos cuenta que nos puede acarrear problemas. No si es para un uso particular, pero sí, si las colgamos en redes o bien sin nos lucramos o las usamos para chantajear a quien se grabó.
Aún así, se hacen las grabaciones, se cuelgan en redes y te vuelves loco con lo grabado dando más difusión de la que debes, sobre todo, cuando no tienes permiso de las personas que allí aparecen. Y luego, nos extrañamos que, cuando alguna persona nos pilla grabándola, y viene a pedirnos explicaciones, creemos que no tiene derecho a hacerlo, pero sí, lo tiene, porque es invadir su intimidad.
Lo malo es cuando esas explicaciones, van acompañadas de situaciones violentas, donde ya no está justificado, pero sí llamar a los cuerpos de seguridad, para que se personen y requisen, si lo ven necesario, el medio con el que se ha grabado, ya que es un atentando contra la persona.
Así que tener mucho cuidado con lo que grabáis y a quién grabáis, si no queréis salir esquilmados.
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