En muchas ocasiones, cuando te piden consejo de algo y ese consejo no está alineado con lo que quien lo pide espera, simplemente hace como los niños, se tapa los ojos y sigue para adelante con su idea, porque no tolera que debe hacer otra cosa.
Pues bien, hacer eso, como hemos dicho, es de niños. Si tienes una idea por buena que te parezca, si quien te aconseja lo hace con argumentos y ves que tiene razón, no sigas con ello, porque seguramente acabes estrellándote.
En los proyectos pasa muy a menudo, llega un momento en que hay que tomar una decisión y cuando pides al equipo información, para poder tomarla, ves que, aquello que pensabas de antemano, no se sostiene, por lo que te lleva a tener que tomar una decisión distinta, que no es la que quieres tomar. Muchas veces, además, lo haces porque no quieres enfrentarte con tus superiores, que esperan que les digas otra cosa y claro, al final, el proyecto sale mal y tus superiores te abroncan igualmente.
Esto es consecuencia directa de la mediocridad de la dirección que siempre hablamos. Hay personas en puestos, en los que no deberían estar, que simplemente tiran de su rango, para que se les haga caso, cometiendo muchos errores, que luego pagan bastante caro.
Así que, no hagáis como los niños, incluso aunque os cueste el puesto, porque antes o después, ese puesto os costará, por omisión de informar.
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