Bueno, quizá nos hemos pasado, pero el pasar de una bicicleta normal a una eléctrica, para hacer ejercicio, es un paso bastante considerable, ya que si, en una bicicleta normal, no te atrevías con ciertos paseos, por la dureza de los mismos, con la eléctrica la cosa cambia mucho.
Y es que, la bicicleta eléctrica te permite circular con el motor apagado, por lo que no gastas batería, lo que te ayuda a la hora de ir más lejos, ya que, aunque te pases un poco, si llevas la batería cargada, la vuela puedes hacerla más relajada. Además, cuando tocan tramos duros, simplemente arrancando el motor, puedes hacerlos, sin tanto esfuerzo.
En contra de lo que muchos piensan, la bicicleta eléctrica no es una moto, ya que, si dejas de dar pedales, se para. De hecho, si pedaleas con una frecuencia lenta, el motor no va al mismo ritmo, que si lo hacer con una frecuencia alta, por lo que es indispensable, el uso de los piñones (normalmente sólo llevan un plato), para poder sacar todo el potencial al motor de la misma.
Por otro lado, aunque están muy bien, el tener que llevar a cuestas la batería, hace que la bici sea bastante más trasto, por lo que el ejercicio, sin asistente, es mayor que una bicicleta normal.
Lo dicho, hacer ejercicio con bici eléctrica, es llevar a otro nivel los paseos en bici.
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