Cuando alguien que no es emprendedor, ni entiende de negocio, se pone a montar uno, o bien se asesora por alguien que sí entienda, o bien, se guiará por su intuición y es muy probable que subsista, o fracase, según sea el negocio, pero casi nunca, triunfará.
Y eso pasa porque una cosa es conocer la forma de hacer las cosas, que eso, siendo parte del negocio, quizá la parte más importante, si no lo completas con una buena gestión de personas y económica, no funcionará bien.
De hecho, muchas empresas no salen adelante, porque los socios no se fían unos de otros, generando malos rollos y haciendo que las cosas no salgan adelante. Por eso, si hay varios socios, lo mejor es establecer unos sueldos para los mismos, que sean equitativos, una parte por ser socio y otra por lo que aporta a la empresa, por ejemplo. De no hacerlo así, siempre habrá uno que se lleve más que el resto y claro, empiezan los problemas.
Así que, si no eres emprendedor, pero ves claro un negocio, busca a alguien que sí lo sea o fórmate para serlo y lánzate a ello, porque seguro que saldrá bien. Pero nunca te dejes llevar por otro, porque se quedará el negocio y al final perderás.
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