Seguimos sorprendiéndonos que no consigamos que mejore la calidad de nuestras ciudades, pero es que no se hace mucho por hacerlo.
Sabéis que, con el teletrabajo, si se fomentase de verdad, los desplazamientos de la mayoría de las personas se podrían hacer a pie o en bicicleta, pero si las infraestructuras de las ciudades no son adecuadas para ello, es difícil que se atraiga al gran público.
Incluso en zonas de playa, donde al ser todo muy llano, es más sencillo que este medio de transporte triunfe, tampoco hay infraestructuras adecuadas para él, teniendo que compartir calzada con vehículos a motor, que entraña su riesgo.
Además de la bicicleta, hay otros medios en tendencia alcista, como los patinetes eléctricos, que en lugar de protegerlos, los mandan, junto a las bicicletas a la calzada, por lo que vuelven a no fomentar el uso de transportes sostenibles.
De hecho, la combinación de este tipo de transportes, con otros, como el metro o el autobús, pueden ser una muy buena solución, pero ninguno se adapta para poder acoger este tipo de vehículos.
Y no hablemos de las ayudas, se ofertan para hacerse la foto, pero luego, a la hora de la verdad, si te llega puede que pase un año, por lo que tienes que adelantar el dinero, durante ese tiempo, lo que hace que muchas personas no puedan acceder a las mismas.
Así que, los políticos hablan mucho y actúan poco, de manera que lo que se consigue es que sigamos como siempre, usando el vehículo privado, para ir a por el pan y además, contaminante, porque los no contaminantes, cuestas demasiado y las ayudas, tardan mucho en llegar.
O nos planteamos un cambio de concepto global, en el que adecuemos los transportes y las infraestructuras, para el uso de otros medios más sostenibles o no conseguiremos que la mayoría de las personas utilice esos medios.
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