Cuando alguien diseña algo, lo hace con un fin y una manera de utilizarlo, pero lo que no se da cuenta, es que el ser humano es asombroso y en ocasiones, el modo de uso es otro completamente distinto. Una de las razones por las que ocurre esto, es porque se utiliza sin mirar las instrucciones, pero otras muchas, es porque quien lo usa, le es más cómodo así.
Por ejemplo, el del sobre de azúcar alargado, que estaba pensado para que no se quedase el sobre en dos partes. Se partía por el centro y caía el azúcar, generando un sólo desperdicio. Pero después de tanto tiempo cortando un lado y volcando el azúcar, la mayoría de las personas lo utilizan igual, para ellas, tan sólo cambió la forma del sobre.
Muchas veces vemos a bebé o animales, a los que les das un chupete o un juguete, que se diseñó para ponérselo de una forma, por la anatomía del sitio en el que se va a utilizar y lo hacen al revés. Y no es que no sepan usarlo, es que para ese bebé o animal, usarlo así, le resulta mucho más cómodo.
Así que, si diseñas algo, no te desesperes si tiene otras formas de uso, lo importante es que se utilice, de manera que tu producto tenga éxito y si hay otras formas de hacerlo, bienvenidas sean, ya que esas personas, usarán tu producto, frente a otros, porque les resulta cómodo así.
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