Está claro que, en general, las leyes, se hacen para intentar que la convivencia entre personas, sea lo más cívica posible. Es cierto que muchas leyes no tienen ni pies ni cabeza, porque en lugar de poner a las personas en el centro de la misma, se ponen las ideologías y entonces sale lo que sale. Aún así, son leyes y hay que cumplirlas o si te pillas, ya sabes lo que toca.
Sin embargo, las normas, que no son leyes, si no una serie de cosas que alguien debe cumplir en un entorno, sea este el que sea, deberían ser mucho más laxas, ya que, están, para poder exigir su cumplimiento en ciertos momentos, pero debe ser el buen juicio de quien debe cuidar su cumplimiento, el que prime.
Por eso, cuando alguien te impide algo absurdo, no es entendible. Por poner un par de ejemplos, una vez no nos dejaron pasar a comprar un bocadillo en un pequeño aeropuerto, porque el restaurante estaba en la zona reservada tras validar tu billete. ¿No se puede flexibilizar, cuando el aeropuerto estaba vacío y dejarte comprar el bocadillo? O una vez que, estando ingresados en un hospital, solicitamos bajar a la capilla y nos dijeron que no podíamos salir de la planta y la capilla estaba en otra, ¿tiene sentido?
Como decimos, las normas están bien y deben cumplirse, pero quien las vigila, debe poner cabeza y según sea el caso, mirar para otro lado, en lugar de hacerlo con lupa.
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