Cuando para lo que sea, pides voluntarios, lo haces con la intención de ver un montón de manos levantadas, deseando echar una mano, pero sin embargo lo que sueles encontrar es el silencio, sobre todo, cuanto más reducido es el grupo.
Y es que, para echar una mano, casi siempre ves a las mismas personas. Seguro que más de uno, en vuestros barrios, habéis acudido a plantaciones, a recogida de basuras,... a muchas cosas que se organizan desde asociaciones, para intentar mejorar el entorno. ¿Os habéis dado cuenta que siempre que vais estáis los mismos? La razón es que hay pocos voluntarios, siempre encontramos otra cosa mejor que hacer, que no tenga que ver con eso a los que nos están llamando.
Y es una auténtica lástima, porque si todos arrimamos el hombro para muchas cosas, salen cosas maravillosas. Pero claro, el entorno no suele ayudar, si es en familias, porque no te cae bien a quien se ayuda, si es en tu barrio, porque tú no utilizas eso que se va ha hacer, si es económico, porque ya ayudas en otros sitios,... en definitiva, siempre tienes una excusa, para no hacer nada.
Animaros y en la próxima cosa que se pida ayuda, ir, veréis que volveréis muy agradecidos de participar, conoceréis a nuevas amistades y seguro, que repetís.
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